De nuevo, intentó recolocar todas las partículas de polvo que cubrían la estancia. Pero ya sabemos que el polvo, posee la capacidad de mantener la apariencia de estaticidad y ser dinámico a la vez. Tiene esas cosas, hay que quererlo igual no obstante. Porque al fin y al cabo, suele acompañarnos durante mucho tiempo y conoce todos nuestros pensamientos. Así que desesperado y vencido por la infinita pequeñez de las partículas, se sentó con el cuidado del que pretende hacer menos daño del que ya ha provocado y esperó a ver el resultado de su inoportuno estornudo. Por desgracia, las letras que ella esbozara sobre la mesa mucho tiempo atrás, cuando la capa de polvo era solo una incipiente pátina con reflejos dorados, se había deformado, perdiendo esa belleza que había conferido a su literal adiós.
Es que el polvo es lo que tiene... que da alergia y hace estornudar, jeje.
ResponderEliminarTú visión, en una atmósfera a mi parecer marrón, es exuberante!
Me gustó mucho!!
Abrazos!!
Es imposible conservar las cosas igual,incluso los recuerdos se difuminan,puede que también por el polvo. Me gusta tu manera de contar las cosas.
ResponderEliminarSalud
Sucede, es una atmósfera muy hermosa, si.
ResponderEliminarJoplin, cierto, es una mera ilusión y darse cuetna de ello, suele ser bastante doloroso.
Gracias a los dos.
Mira que me ha gustado toda tu disertación sobre el polvo (curiosamente la primera impresión que me dio la imagen fue la de un pene). Me ha encantado ese "hay que quererlo" y "conocer nuestros pensamientos". No deja de ser una metáfora o caspa del conjunto de acciones rutinarias que hacemos o de las que nos rodeamos en la vida diaria. El final es un poquito triste esa despedida escrita que era tan bella que no podía borrar. Otra metáfora del dolor de una pérdida y de cómo el estornudo quizás ponga fin al duelo. Una lástima que hayas dejado de escribir en el blog.
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