martes, 17 de mayo de 2011

Sin sol.


Hacía tanto que el sol no le visitaba, que todo lo que había decidido formar parte de lo que veía, había tomado un aspecto húmedo y escurridizo. Tanto era así, que un día, él mismo, dio un paso y se deshizo en agua que se perdió entre el asfalto que pisaba. El resto de componentes húmedos de su paisaje, inservibles, obsoletos hasta el infinito del significado de la palabra, estallaron en miles de gotas que desaparecieron exactamente dos segundos después.

8 comentarios:

  1. Esto me recuerda a una canción que escribí hace años (lo llamo canción porque un amigo le puso música)... Trataba de un hombre insignificante a sus propios ojos, tal era así que se guardaba en un bolsillo, después se sacaba porque se molestaba, se tiraba al suelo y se pisaba... muerto en vida de nuevo...
    Citizen, me encanta como escribes! Igual por el tono oscuro que tanto me llama.
    Abrazos!!!

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  2. Estás hecho un polivalente Sucede. El gusto es mútuo.
    Si, coincidimos en lo oscuro de nuestros escenarios. El tuyo siempre es más negro, el mío más ajado y decadente, a punto de desaparecer en tonos sepia. Darth Vader tendría algo que alegar a esto de la preferencia del lado oscuro ¿verdad?

    Gracias.

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  3. convertirse en agua??...eso es lo que quiero yo...y después de este invierno que no quiere dar paso a la primavera...lo voy a conseguir.

    bonito microrelato.

    por lo demás y por lo de allí, me abrumas, GRACIAS!

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  4. Que va.

    Yo también estoy por convertirme en agua, si doy con la fórmula, ya te comento ;).

    Gracias Lou

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  5. Dos segundos, tiempo para todo grito, tiempo para todo silencio, tiempo para todo vacio. Dos segundos.

    Blogsaludos

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  6. Entré a este blog por una de esas casualidades del mundo bloguero, pero cada escrito despierta mi interés y me deja reflexionando sobre lo dicho.
    Voy a colocar un vínculo en mi espacio, no sé si sea importante para ti, pero te aseguro que sólo mis preferidos están allí: como este espacio.
    Debería ser más conocido, pues lo merece con creces.
    Humberto.

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  7. Humberto, es importante para mi que te guste. Te agradezco la deferencia para conmigo. Y como ya le dije a Sucede, no importa si no se conoce más, si os gusta a vosotros, me llena de sobra el ego.

    Gracias.

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  8. Hacía tiempo que no pasaba por aquí y mira que me gusta como me haces pensar. Consigues licuarme el cerebro y que navegue por el la solitaria neurona. La soledad de los ignorados, de los desgraciados, de los apartados del calor humano.

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