Hay personas que nacen para romperse y no pueden hacer nada por remediarlo. Simplemente un día, notan que algo cruje dentro de ellos, en el corazón, en la cabeza o en el estómago y después, sienten que ya no pertenecen a ninguna parte. Los fragmentos se los van quedando otros que los ansían tanto, que no comprenden que esas partes nunca les pertenecerán. A Jorge puedes verlo sentado mirando al infinito, como si necesitara de alguna parte en especial que quedó olvidada en algún sitio. Sus silencios se hacen cada vez más largos y su interior se queda cada vez más vacío. Creo que se rompió en muchos fragmentos que fue dejando en muchos lugares y luego olvidó que debía recogerlos. Sin embargo, las partes que aún conserva, se asoman a sus ojos casi vacuos y saludan con una especie de destello que dura apenas unos segundos. Algún día encontrará la manera de unir sus pedazos, o definitivamente olvidará que debe reunirlos para poder seguir siendo Jorge, aunque es posible que se haya cansado también de serlo y solo espere ver llover chocolate como aquel día de verano de hace tanto tiempo. Porque cuando llueve chocolate, las personas que se rompen se deshacen definitivamente y ya nadie puede quedarse con ninguno de sus hermosos fragmentos.
Me recuerda a esos mucñecos de chocolate que son huecos por dentro, uno los va comiendo a pequeños pellizcos, hasta que desaparecen...o se suicidan...
ResponderEliminarBesos!!
Si, la verdad es que son pobres muñecos acosados hasta que nada dejamos de ellos, o quizá un "qué pena que ya no está".
EliminarGracias Juanlu, un abrazo.
Este cuento me hizo mirar al cielo y relamerme. Con lo que me gusta el chocolate, buaf.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Creo que es una afición de muchos, si. A mi me gusta cuando mi metabolismo me lo indica, qué cosas.
EliminarUn saludo para ti también.
Si, no sé porque hay almas que parecen más extranjeras de lo usual; y al ver sus añicos rumbo al trabajo muchos dicen "no era de aquí, no era de nosotros",,, y como si buscaran sentenciar su propia caricatura toman uno de los restos y lo abrigan debajo de su gabardina (y luego miran a los cuatro costados), son pupila, pura, no,
ResponderEliminarMe voy lloviendo chocolates (y yo-viendo chocolates ;-) ) cuanto desgarra la belleza cuando uno atisba la temperatura de su soledad.
Abrazos del sur!
El mundo no sería tal sin ellas. Los hacemos extraños, pero ansiamos tanto un fragmento suyo... No es robar, no, solo es tomar prestado, pero olvidamos devolver.
EliminarMe quedaré un fragmento tuyo, que no recordaré devolver, lo siento, no se puede evitar.
Abrazos.
Me ha parecido un relato mágico.
ResponderEliminarQue llueva chocolate entonces y que no sufran.
Saludos.
Gracias Toro. Este lugar está lleno de momentos extraños, creo que es lo más característico de aquí. Los relatos tienen algo de magia, pero lo que ocurre es que son de una realidad escondida.
EliminarSaludos.
Todo iba bien, hasta que ha llovido chocolate, entonces ha ido muchísimo mejor. Si, hay gente que ha nacido para romperse en mil pedazos y no encontrarse, o no preocuparse de hacerlo.
ResponderEliminarRespetemos la soledad buscada.
Bienvenida Ángela. Cada tanto llueve chocolate, no a todo el mundo le llega a tiempo la lluvia, al menos respetemos la soledad, tienes razón.
EliminarGracias.
Muy buena entrada, efcitvamente hay gente que nunca se encuentra viven dispersos en mil pedazos. Me recuerda los muñeco de chocolate que estan huecos por dentro, uno s elos va comiendo pedacito a pedacito has que desaparecen. He pasado un rato ameno leyendote y saboreando chocolaste. Regreso pronto!
ResponderEliminarGracias y bienvenida. Me alegro que hayas pasado un rato agradable, eso indica que a tí te han servido las palabras que por aquí suelen revolotear buscando algún sentido.
EliminarA mi no me gusta el chocolate.
ResponderEliminarEl relato muy descorazonador pero bello.
Los fraccionamientos, siempre suelen ser descorazonadores.
EliminarUn saludo.
Jope, que bien escribes, _O. No rompemos por el desamor o las decepciones que nos dan, así interpreto ese "se lo van quedando otros". Me gusta el enigma de "llover chocolate". Y quiero entender que hace referencia a la pérdida de un ser muy querido, que quizás es la única salida de Jorge. Bueno, basta de pensar por hoy, me voy a comer.
ResponderEliminarLos enigmas siempre son algo que nunca debe faltar. Eso hace que cualquier cosa sea verdaderamente nuestra. Esos otros pueden parecer tan malvados y sin embargo solo son pobres almas incompletas que quieren ser felices y que no se dan cuenta que pueden dañar. Pobres, si.
Eliminar¡Que siente bien!
Jorge es "distinto" por eso se rompe en un mundo de supuesta normalidad. Y es difícil que le entiendan como el debería ser entendido. El chocolate me hace feliz quizás a Jorge también aunque sea en forma de lluvia que deshace.
ResponderEliminarTus palabras pueden llegar a expresar mucha intensidad dentro de su extrañeza. Supongo que eso es lo que me hace volver.
Besitos
Puedes volver siempre que quieras, y es un placer que lo hagas. Hay veces que para que haya un final, no debe quedar ningún resto anterior. Una lluvia de chocolate que deshace, no es mal final ¿verdad?
EliminarUn abrazo, gracias por venir.
Es un texto tan extraño, mi querida amiga, lo siento tan particular. Por momentos me entristeció, por momentos me sentí partícipe de ese grupo de seres, por momento no quise pertenecer... pero lo cierto es que quiero que llueva chocolate. Al menos para saber qué pasa.
ResponderEliminarTengo la impresión de que ese don de decir tan especial, tendría que ser más explotado... Bueno, tal vez no lo quieras, pero sé consciente de que muchos que no te conocen se pierden una voz "diferente" en el concierto de los buenos escritores.
Un beso.
HD
El interior de las personas siempre es extraño. Yo me siente Jorge siempre, así que por un momento, compartimos una igualdad. Cuando llueva chocolate, lo primero que haré será pensar en si estás en la calle esperando a mojarte, lo prometo.
EliminarSabes que soy feliz en mi pequeñez,con mi diferencia- que en verdad me caracteriza en muchos aspectos-, con ver que venís "vosotros" los de siempre, mis vosotros, con eso me sobra. El resto tiene a gente como tú y como otros, con los que maravillarse de verdad.
Siempre agradecida de tus palabras de aliento. Un beso enorme y un fragmento.
Tiene hechizo, aunque en realidad (yo) vea en la no-transparencia de tus palabras un trasfondo perdido, triste. Me desorienta porque a veces el chocolate sienta mal.
ResponderEliminarMi metabolismo también lo pide, nunca es porque sí. Quizá sea por eso.
Hoy, aunque no tenga nada que ver, es de esos días que sientes crujirte un poco. De hecho encuentro un paralelismo a lo que acabo de escribir. No sé si hay conexión, o casualidad, o nada de lo anterior. ("cruje dentro de ellos, en el corazón, en la cabeza o en el estómago y después, sienten que ya no pertenecen a ninguna parte")
Beso
Tú tienes un don para ver muchas cosas tras esas palabras aparentemente sencillas y claras. También sentirse perdido forma parte de tener tus mil pedazos repartidos en muchos sitios. Sentirse crujir es algo más habitual de lo que parece, lo que no hay que dejar es que uno termine marchitándose por ello.
EliminarUn abrazo.
Jorge quiere morir porque no quiere morir.
ResponderEliminarPor eso Jorge podrá decir (cuando sea necesario) que ha vivido.
Un saludo.
Sin duda. Los Jorges del mundo no pueden recoger los pedazos que han repartido para salvarse por si mismos. Algo debe salvarlos.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Interesante relato, me ha gustado especialmente. Enhorabuena.
ResponderEliminarCosas de internet y círculos comunes que me han hecho llegar a ésta, tu casa y por aquí me quedo.
ResponderEliminarUn abrazos te persigo.
Invitada quedas a mi blog y quédate por allí si algo ves que te guste.
http://montesinadas.blogspot.com.es/