domingo, 18 de septiembre de 2011

Cuestión de tamaños

Cuando volvimos, comprobamos que la guerra había arrasado con nuestro campos de cultivo. Juan puso los brazos en jarra y dijo “Habrá que comprar una regadera más grande”.


(Receso necesario. Durante un tiempo, los personajes que habitan este lugar y aun no se han mostrado, permanecerán en silencio. El resto estarán a vuestra disposición siempre que tengáis un rato para dedicarles. Amenazo con volver, no hay que preocuparse, son cosas de la necesidad de focaclización de tarea. Nos vemos en un mes más o menos.)

10 comentarios:

  1. Si tienes tantas tareas como para desaparecer un mes,... ¿por qué no sigues el ejemplo de tu protagonista? Comprate "lo que sea" más grande.
    Me gustó el micro.

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  2. Juan era un tío positivo...

    Aquí se te espera, suerte con lo tuyo...

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  3. Tendré que comprar una cabeza más grande para memorizar montañas de apuntes, si. Jajaja, gracias Luisa, me has dejado una sonrisa para toda la mañana y para toda la semana, que a mi estas cosas me duran mucho.

    Imilce, gracias. La suerte no existe, es un compendio aleatorio de posibilidades matemáticas de que se de un hecho y no otro. Pero como tú me la deseas, seguro que la tengo. Besos.

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  4. Ánimo y hasta la vuelta. A veces es necesario focalizar tareas, claro.

    Un saludo indio

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  5. Yo acabo de llegar y tú te vas, bueno... me entretendre cotilleando por ahí...

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  6. Y yo justo estoy regresando, ya me tomé mi receso mas que necesario... Bueno, te toca a ti :)
    Que sea provechoso!
    ¡Saludos!!

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  7. Si los campos de cultivo se pueden regar con una regadera, aunque sea más grande, no cabe la menos duda de que son pobres, es decir, soldados, es decir, perdedores. La maceta es su huerta, la finca, del ganador.
    Me imagino a esos personajes que están por salir diciéndote: Venga, deja el receso para la eternidad y escribe que me agobio aquí dentro.

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  8. Será cuestión de esperar, entonces...
    Besos.
    HD

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  9. Ya se van echando de menos más palabras de ésas que le sobran a usted y nos hacen falta a nosotros.
    Aún así, es precioso releer sus textos.
    Besos de bienvenida para cuando vuelva

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