Si la casualidad te trajo aquí, espero que a ti sí te sirvan.
lunes, 24 de octubre de 2011
La relatividad del tiempo.
No se puede pensar cuando dentro de tu cabeza solo hay polvo de galletas. Un tarro completo sobre los hombros, intentando no quebrarse mientras me subo con extrema inconsciencia a la mesa coja de la cocina. Muy arriba, allí es donde está el trozo de chocolate y donde tienen que estar las cosas que saben a gloria, cerca del cielo. Con los dedos de puntillas, siento las nubes que se arremolinan en mis rodillas peladas y adornadas con los últimos granos de arena incrustada. Más alto aun, parece que se alejara mientras sobre los dedos de un solo pie efectúo la posición de ballet más extraña del mundo. Y así, con una talla deformada por el estiramiento, consigo alcanzar la punta del papel que lo envuelve. Sin embargo el mundo sigue rodando. Mientras toda mi atención me tira del pelo hacia arriba, las nubes se asustan, abandonan las corvas de mis piernas y la fuerza del mundo me arrastra hacia abajo sin perdón. Pero tardo mucho en caer. Las cosas malas pasan despacio y yo aprovecho para saborear un trozo del chocolate antes que se me quiebre el tarro de galletas contra el suelo.
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Que suerte tener sólo galletas y chocolate en la cabeza.... aunque acabe rompiéndosela por conseguirlos.
ResponderEliminarTremendo.
ResponderEliminarNo se si es mejor la caida o el estiramiento infrahumano para alcanzar el chocolate )yo tambien me hubiera estirado)
ResponderEliminarWelcome back!
ResponderEliminarUna entrada casi filosófica, se extrañaban los textos de una de las mejores escritoras de blogs, desde mi humilde punto de vista. No más de 5 tan buenas.
Besos.
HD
Jejej, buenísimo! Me imaginaba perfectamente ese estiramiento para llegar al cielo, al gustirrinín de alcanzar el chocolate, y ese vacío bajo los pies que te hace caer lentamente.
ResponderEliminarAbrazos
Y las cosas que más gustan es la que mas lejos debemos poner, para no caer en la tentacion (aunque dicen q la mejor manera de librarse es caer en ella, no?)
ResponderEliminarGenial entrada! me encantó!! *-*
Besotes!
Impresionante. La primera frase es impresionante, te engancha y no te deja hasta el final del relato y vuelves al principio y... me ha encantado
ResponderEliminarsaludillos
Vuelves con fuerza, con chocolate y cabeza llena de galletas.
ResponderEliminarVuelves a sonar, entre lo real y lo irreal.
Y yo encantada de tenerte de vuelta.
Un beso
Este relato tiene más chocolate del que aparenta. Como la interpretación del lector es tan válida como la de la autora, para mi que se quiere narrar esa parte de la condición humana que anhela llegar a lo alto (¿éxito?) y en ello le va la vida. El protagonista de este relato muere al final, tras un gran esfuerzo de estiramiento consigue su meta y tiene tiempo de disfrutarla. Me han gustado las nubes en las rodillas y la atención tirando del pelo. Me das envidia: escribir así.
ResponderEliminarMenudo castañazo y qué dulce. Las galletas y el chocolate. Afortunadamente nunca tuve que estirarme tanto para consiguirlo pero... quizás sí para alcanzar un bote de Nocilla. Yo, no sé, pero me imagina sacando la lengua en ese estiramiento imposible y peligroso.
ResponderEliminarEs cierto, el tiempo que distinto puede ser según lo que estás viviendo. Un micro muy visual, contando al segundo y que engancha desde la primera frase. Me gusta tu forma de contarlo.
ResponderEliminarBesitos
Bonita reflexión, romántica, de fogón de abuela.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Te sigo leyendo.
Un saludo
Montse, puestos a elegir, no es mal relleno ¿verdad?
ResponderEliminarPseudopsicóloga, cosas de los dulces, que provocan situaciones impredecibles
Clip, estás en tu casa. Yo apostaría por el estiramiento.
Humberto,tú si que sabes cómo subir la moral a alguien. Gracias!!
Su, es que creo que no es una situación ajena a casi nadie. Está en el inconsciente colectivo, jeje.
Puck gracias ranita, me alegro hacerte pasar un buen rato.
Imilce, esa línea divisoria es que atrae mucho ;).
Ximens, tienes unos ojos que saben mirar muy bien ;). Gracias por tus palabras.
Luisa, es que yo creo que sin sacar la lengua, como que no llegas a las cosas. tienes toda la razón.
Elysa, gracias. Es lo que pasa con la relatividad del tiempo, unas veces es para mal dura demasiado y entonces hay que saber cómo aprovecharlo.
mientrasleo, gracias po tu visita. Me alegra que te gustara.
Le deja a uno con la boca seca. Muy visual. Casi un instante lleno del mil pequeños detalles. Y la historia estupenda. Un placer seguir leyendo cosas nuevas.
ResponderEliminarSaludos y sonrisas con sol y nubes