Si la casualidad te trajo aquí, espero que a ti sí te sirvan.
viernes, 5 de agosto de 2011
Sombras ( El miedo)
El miedo no es libre, en realidad es un preso sentenciado y condenado a nuestra compañía. En cuanto lo conocemos nos empeñamos en retenerlo y alimentarlo para que crezca y crezca y así llene todos los vacíos de nuestras vidas. Tanto que en ocasiones hacemos que se reproduzca y así podamos tener no solo uno, sino dos, tres e incluso más.
Yo tenía uno, no recuerdo desde cuando. Era una sombra que me acompañaba a todas partes, resignada a ser arrastrada por todos los lugares que a mi me parecía pertinentes visitar. No concebía la vida sin él, la verdad. Pero un día lo escuché sollozando casi en silencio, angustiado por mi eterna compañía y decidí abrir la puerta para que marchara. Al principio como un pájaro de muchos años enjaulado, se quedó en el umbral, mirándome extrañado por si le estaba gastando una broma. No se dio la vuelta cuando marchó, pero seguro que sonreía.
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Es precioso, visto así, desde el otro lado. A mí también me pirra la civilización egipcia.
ResponderEliminarDifícil dejar atras el miedo...Sobre todo cuando te acompañó por años...
ResponderEliminarOjalá pudiera dejar atrás todos mis miedos ^^
Besotes!
Qué bueno sería eso, qué bueno!
ResponderEliminarAbrazo.
Dicen que hay que enfrentarse a los miedos para que se vayan...a mi no me funciona....cómo lo hiciste tú?
ResponderEliminarun beso sin ningun pudor ni miedo
Ah!! a mi me persigue una sombra, siempre viene detrás de mi cuando es de noche y hay luna o luces(no me gusta)...bueno también cuando sale el sol pero entonces pone otra cara...
ResponderEliminarme encanta como escribes...menkntas
Me encantó, muy bueno ! y lleno de verdad, cuando se va el miedo no vuelve.
ResponderEliminarUn saludo !
Así tan fácil? Muy buen relato..
ResponderEliminarDigamosle chau para siempre a nuestros miedos...!!!
¡Saludos!!
Como me gusta esa cabecita..
ResponderEliminarMe encanta este blog, entre lo épico y lo místico, esta forma tuya de enseñar los reflejos de tu alma. Ahora, al atardecer, frente al mar del verde olivar, tus palabras suenan a magia eterna.
ResponderEliminarBesos desde esta tierra denominada con el sobrenombre del Santo Reino.
que manera de dar la vuelta a lo imposible, llegar a sentir pena por el personaje Miedo, nunca lo pensé siempre soy yo la que le pido clemencia,
ResponderEliminarun abrazo
Construimos el miedo, la mayoría de las veces, por la cultura en la que nos vemos inmersos. Casi todos los miedos no obedecen a peligros reales, o al menos no peligros que no podamos solucionar para la conservación de nuestra integridad física o psíquica. Y si tenemos por nuestra vida,( que es el miedo que considero verdaderamente como tal) solo hay que buscar cómo evitar nuestra muerte. Si no es posible, no podemos hacer nada, así que no perdamos tiempo en cosas que no podamos controlar.¿Un problema? una solución.
ResponderEliminarMontse, tenemos buen gusto, no hay duda.
Rubia, todo es ponerse a ello.
Escritor, no sería, es ;).
Lou, eres una chica de recursos, estoy segura de que en el fondo sabes como hacerlo, pero el verdadero miedo a veces está en intentarlo. Empieza por ahí. Un beso!
RChS una vez marcha, ya no tiene nada de atractivo para que nos lo quedemos.
Romanticona, eso es!!
Miguel, bienvenido.
Imilce, es que tengo manía por mirar con otros ojos casi todas las cosas que veo. Imponte con la fuerza que tienen tus letras!! Un beso.
Gracias a todos.
Uauu.
ResponderEliminarEs un texto que deja una gran reflexión, además de mostrar la manera bella en la que escribes... Mis felicitaciones.
ResponderEliminarUn beso.
HD
A mi las sombras me encantan Citizen, así que por ende me encanta el texto, y más si la sombra es el miedo, que no me gusta sentirla cerca si es real, pero me encanta sentirla con un velo de seguridad.
ResponderEliminarAbrazos!!
Es poesía; limpia y pura poesía.
ResponderEliminarBlogsaludos
Seguramente ambos sonreían; que forma tierna de escribir. Realmente son como caricias de tinta; te felicito. Y muchas gracias.
ResponderEliminarTriste destino el de los miedos, ser el nombre de otras cosas a las cuales no le queremos/podemos poner nombre.
Un abrazo.